Bajar de peso y no desistir en el intento es un trabajo que
requiere de esfuerzo, constancia, mucha paciencia y sobre todo de la principal motivación:
mejorar tu salud.
En principio, vernos mejor es lo que impulsa este
proceso de cambio, pero debes tener claro lo siguiente: ¿para quién y para qué
quiero verme mejor? Cuando el objetivo pasa por sentirte bien contigo mismo a
nivel físico y mental es más probable que logres los resultados deseados.
Sara Méndez, entrenadora personal y asesora nutricional, tenía
dos hijos y un esposo que la amaban cuando decidió dejar de ser gordita para
siempre. Fue un día cualquiera en noviembre de 2012 cuando, frente al espejo,
tomó consciencia de las enormes dimensiones de su cuerpo; pesaba más de 100
kilos, cuando su peso normal oscila entre los 60 y 65 kilos.
Excusa 1: Un asunto de “genética”
Siempre fui una niña
gordita, la más rellenita, la más grande, mi mamá siempre decía que esa era la
raza, esa espaldota, ese traserote, eso es de familia.
Aunado a esto también fue diagnosticada de padecer
hipotiroidismo a los 22 años cuando comenzó a sentir depresión, caída del
cabello, retrasos en el periodo, entre otros síntomas. Fue el único momento de
su vida que un nutricionista le impuso una estricta dieta que eliminó el
alimento que más le gustaba: el plátano y el cambur.
Aunque sí es una fruta
hipercalórica porque es alta en azúcar, simplemente hay que saber manipular los
alimentos en el momento.
Con esta dieta bajó de peso, pero en ese momento, soltera y
estudiante, no pensaba en ejercicios, ni en salud y poco a poco perdió los
resultados.
Excusa 2: el matrimonio
y los hijos
Con el nacimiento de su segundo hijo en octubre de 2011,
Sara llegó a su “máxima expresión”, como ella misma lo dice, fue el momento en
que su peso subió hasta la talla triple XL y un año después aun usaba ropa de
maternidad, sin embargo, no era algo que le provocara mayores dolores de
cabeza.
Me sentía como una
mujer casada con muchacho a los 33 años, ‘estoy gorda por eso’, y lo aceptaba así
normal, el hecho de que después de los 30 uno se pone viejo y no hay nada qué
hacer, esa es la mentalidad que existe, pero no debe ser.
Y llegó el “click”
Ese momento mágico para
mí fue cuando frente al espejo me estaba peinando y me veo el brazo grande,
gordo con el montón de celulitis. Comencé a pensar: ¿cómo mi esposo me puede
querer así? ¿Qué está pasando? Observé la ropa inmensa y pensé que algo tengo
que hacer, porque si camino a la plaza me voy a aburrir porque ya lo había hecho,
tengo que buscar algo que me motive.
Empecé a ver fotos por
internet y me crucé con las mujeres fitness que se veían bien, buscando el
prototipo de cómo me quiero ver. Pensé en meterme en un gimnasio, pero no para
ponerme así, sino para sentirme más motivada.
Aunque no recibió el apoyo de su esposo inmediatamente pues,
como ella aclara, en ese momento él mismo no tenía consciencia de la mejoría que
lograría para su salud, su decisión no cambió.
Caminaba y ya me sentía
ahogada, no podía levantar bolsas, sufría de dolores de rodilla por el peso. Ahorita
no sufro de eso.
Comienzo difícil
El momento del “click” no esperó el lunes para comenzar el
proceso de cambio, ese mismo viernes Sara se inscribió en un gimnasio donde no
tuvo el recibimiento que esperaba, ella lo atribuye a su aspecto, pues su ropa “de
ejercicio” estaba muy deteriorada.
El instructor le indicó, sin mucho interés, que usara la
bicicleta elíptica por 15 minutos. El entrenador
no se acercó a preguntarme cómo me sentía ni nada. Cuando salí no podía ni
caminar y así pasé sábado y domingo.
Pese a esto su ánimo se mantuvo, el lunes volvió al gimnasio
y poco a poco fue aumentando la intensidad hasta lograr mantenerse 20 minutos. Así
estuvo sin parar un día hasta que llegaron las vacaciones de diciembre.
Su motivación: necesitaba
un escape, un cambio físico. Fue constante porque se comprometió con ella
misma. Pensé: Debo usar un pantalón que tengo 4 años que no me pongo y lo usé una
sola vez, talla 32. El día que me lo medí me quedaba grande.
Nutrición “autodidacta”
La alimentación es lo
principal. No tuve un nutricionista ni un entrenador que me dijera qué hacer, yo
misma lo decidí. Me guié por internet y buscando la lógica, porque en la web se
dicen mil locuras.
Compré más vegetales,
frutas. No excluí ningún alimento, solo los preparé diferente, en vez de frito,
lo hacía sancochado o a la plancha. Comía cada tres horas, tomaba mucha agua y té
verde antes de las 4 de la tarde.
La meta: exigirte
cada día más
En enero probó el spinning luego de superar el temor por una
lesión que sufrió debido a una mala técnica del instructor, por el cual pasó 8
meses sin poder caminar. Por suerte, esta vez sí recibió la atención adecuada
que requería para lograr su objetivo.
Conocí a un instructor
de calidad, me ayudó mucho y me impulsó para mejorar, el primer día me senté de
última porque me daba pena ya que no sabía nada, me salía de clases cuando me
cansaba. Al día siguiente no me dejó salir y aguanté toda la clase y así poco a
poco, hasta que llegó el día en que me pidió me sentara adelante donde estaban las
mejores.
Como al mes y medio
fue que le agarré el ritmo al spinning, mientras hacía pesas afuera. Seguí con
mi buena alimentación y a los 7 meses perdí 32 kilos. Fueron 7 meses
trabajando. No te diré que más nunca me comí una pizza, claro que sí, también comía
helados, pero siempre equilibrado, en su momento.
Hay muchas personas que
le agarran temor a la comida, no salen a reunirse ni a socializar porque están a
dieta. Era algo permitido una vez a la semana. Y entrenaba duro.
En un año perdí 40
kilos. Después me puse exageradamente flaca por no tener una guía.
Su esposo que al principio no la apoyaba, después de ver el
cambio la felicitaba y motivaba, hasta que finalmente en noviembre de 2013 le
pidió ayuda. Luego, con su guía, perdió 12 kilos y un porcentaje de grasa
considerable.
Y aunque ahora está
sedentario le ha costado mucho subir de peso, porque cuando trabajas bien, te
cuesta volver a agarrar ese estilo.
Llegó el momento de
formarse
A mediados de 2013
muchas personas se me acercaban porque veían mi cambio y yo hacía recomendaciones
y tuvieron buenos resultados.
Esto me impulsó a
prepararme. Los cursos son caros, en Caracas (Sara reside en Ciudad Guayana),
pero lo hice. Cuando Dios te pone algo en el camino te abre las puertas. Yo no
lo busqué, eso me llegó a mi solita.
En octubre saqué mi
primera certificación en nutrición deportiva. En junio de 2014 hice el de
entrenador personal nivel I y el año que viene me toca hacer el nivel II.Y así poco a poco voy llenándome de
conocimientos.
- ¿Ahora como es tu
salud?
Es casi perfecta. Me siento bien. Trabajé y obtuve
resultados que jamás había logrado gracias a la alimentación, es la mejor
medicina.
- ¿Qué recomiendas?
Que se quiten la gordura de la cabeza, la gordura te la
haces tú misma. Y pensar más en la salud. Buscar la manera de entrenar en casa,
buscar implementos, alguien que te ayude o por internet. En Youtube hay
ejercicios, todo está en planificarse.
Es bueno tener una asesoría de alguien que sepa de
ejercicios. Buscarse una persona que sepa.
El ejercicio se comienza progresivamente y se debe tener
mucha paciencia.
No hay que estar pesándose a cada rato. Yo lo hacía cada 15 días
para tener un control pero no me obsesionaba. Me propuse perder un kilo
semanal, lo normal es de 500 gramos a 1 kilo, incluso hasta 800 gramos.
Se puede hacer con constancia. Uno le agarra amor a esto.
- ¿Qué es ser
saludable para ti?
Ser saludable para mi no solo es comer sano, es caminar sin cansarte, es compartir la experiencia de cómo lo hiciste para animar a otros. Subir unas escaleras sin cansarte, jugar con tus hijos sin cansarte, montarte en el gusanito y que quepas (risas).
Puedes contactar a Sara Méndez por su Twitter e Instagram @saramtrainer correo: smendezh@gmail.com
13 de octubre
Sara participó en nuestro programa radial del sábado 11 de octubre para contarnos más detalles de este proceso de transformación física y emocional.
¿Qué comer? ¿Qué dejar de comer? Muchas preguntas surgieron en nuestros lectores a partir de conocer su historia. Uno de los principales consejos es el equilibrio en las comidas. Escucha los detalles de nuestra entrevista en este enlace:
https://soundcloud.com/aleballiache/entevista-a-sara-mendez
Alejandra Balliache
@aleballiache
Autora de www.algosaludable.com